La fisura anal es una ulceración/desgarro que se origina en la mucosa anal, y que produce como mecanismo reflejo la hipertonía anal (contractura), responsable del dolor intenso contínuo con exacerbaciones durante la defecación que pueden durar hasta 6 hs postevacuatorias.
Es una dolencia benigna tratable pero puede convertirse en un problema crónico si no se controla debidamente.
Se suele producir por malos hábitos alimentarios, sedentarismo, la constipación, la diarrea y muchas veces se manifiesta en personas muy nerviosas o con estrés.
Es necesaria la evaluación por el especialista ya que se puede confundir con muchos otros diagnósticos diferenciales como cáncer de ano y enfermedades infeccionas como sífilis, herpes, etc.

Solución profesional para las fisuras
Terapias médico-farmacológica, alternativas y quirúrgica
Como ocurre con otras patologías anales, el tratamiento para las fisuras anales dependerá del grado de gravedad de las mismas y sin son agudas o crónicas. Se pueden distinguir diferentes tipos de terapias y técnicas.
La primera de ellas, sería la terapia médico-farmacológica, pensada para conseguir aliviar el dolor e incomodidad provocada por la fisura anal, además de ayudar a su correcta cicatrización.
En los casos en los que la terapia médico-farmacológica no es suficiente, se optaría por el tratamientos alternativos y el quirúrgico.
- Tratamiento médico conservador higiénico dietético
- Tratamiento láser
- Fisurectomía (resección de la fisura con sus bordes laterales, remplazando el tejido con pobre curación, con uno que cure apropiadamente)
- Tratamiento con toxina botulínica
